Si antes la ola era de frío, ahora es de calor. Y siempre nos la presentan con dos imágenes recurrentes, o bien nos colocan un termómetro superando los cuarenta grados (como es el caso) con un reportero al pie que da la noticia o bien la ilustran con una de niños bañándose en una fuente pública. De alguna de las dos no nos libramos. Ni tampoco de los consabidas recomendaciones: que uses sombrerito, que bebas agua, que comas helados, que uses abanicos, que no hagas deporte a las tres de la tarde... Lástima, porque es lo que le pide a uno el cuerpo.
miércoles, 8 de julio de 2009
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