Lo dije tras la huelga, todos contentos y encantados de conocerse. Pero las víctimas de la reforma laboral tienen nombres y apellidos, y muchos, una edad temprana. El diario El País lleva unos días publicando un especial Pre-parados sobre las dificultades que tienen los jóvenes para encontrar trabajo. La historia de Pixelín es una más entre tantas otras que se recogen en ese especial.
Esta entrada está dedicada a todos ellos y en particular a Cristina, que me rogó que hiciera un milagro para arreglar su situación laboral. Pero como mis milagros no pasan de ser más que burdos juegos de magia, espero que dedicándole esta historia pueda quedar, si no como santo milagrero, al menos como un caballero. Ánimo y espero que te guste, Cristina.
Esta entrada está dedicada a todos ellos y en particular a Cristina, que me rogó que hiciera un milagro para arreglar su situación laboral. Pero como mis milagros no pasan de ser más que burdos juegos de magia, espero que dedicándole esta historia pueda quedar, si no como santo milagrero, al menos como un caballero. Ánimo y espero que te guste, Cristina.
9 comentarios:
Menos mal que la historia de Pixelín desdramatiza un poco el contenido de lo que has escrito a continuación (es que a mí los pixelines me caen fatal).
Pero sí, es la estafa social en todo su apogeo. Hay un chiste del Roto hoy en El País que acaba de poner el último clavo en la tumba: seguro que tú, que eres de su escuela, ya lo habrás visto.
En fin: lo siento por Cristina y todas las otras Cristinas y Cristinos que andan por ahí con una considerable carga de mela leche encima. Pero quién sabe: tal vez la suma de muchas malas leches de algo positivo.
Y que conste que no estoy incitando a la revuelta ni nada parecido, ¿eh? Que you soy un hombre de orden, y tal.
Pues así estamos todos, la generación JASP está preparada pero no hay trabajo así que todos al paro. Por cierto ten cuidado con Pixelín a ver si te denuncian por plagio los de Michlín.
Es verdad, Paseante, El Roto y yo compartimos los pupitres de la última fila.
¿Por qué me denunciarán, Sensei, porque también explotan laboralmente a su muñeco neumático? No me digas que este también se licenció en ingeniería aeronáutica para encargarse sólo de amenizar los minutos previos de las carreras de automovilismo.
:( triste situación, si.
Si echáis un vistazo a las ofertas de empleo, os caéis de espalda con los perfiles que piden. Expertos por menos de mil euros, con master, idiomas, experiencia y juventud al mismo tiempo. Un poco de locos, pero así están las cosas. Lo más difícil, mantener el ánimo y no decaer.
Ánimo Pixelín.
Perdona no contestase tu comentario de Agosto, pero no sabía que nadie me leía. Tu historia, como la mía, tienen en común que es la vida misma caricaturizada quizás, aunque seguramente la realidad sea la caricatura.
Puedes seguirme si quieres por el Blog, no hace falta el Facebook, estoy intentando escribir casi día...a ver si lo consigo.
Lo triste es que esta coyuntura sigue beneficiando a los de siempre. Lo siento por tu amiga.
En mi última entrada me desahogo un poco quizás poco a poco, pero la sociedad ha de cambiar, pero como decía Labordeta "...habrá que forzarla para que pueda ser".
Una atea amiga.
Cuantas más víctimas, más se diluyen sus nombres. Parece contradictorio, pero eso beneficia a quienes nos tienen así. A no ser que, como dice Paseante, se sumen muchas malas leches... (también soy mujer de orden).
Muy bueno el detalle. Todo un caballero.
Besos
Ahora me estaba acordando del poema de Quevedo "Poderoso Caballero es Don Dinero". Como la caballerosidad dependa de los cuartos (no los traseros) no voy a tener más remedio que apearme (y dale...) del tratamiento.
Publicar un comentario