¡Qué lástima me dan los farmacéuticos! Los pobres se las prometían muy felices haciendo su campaña navideña con las vacunas y ahora resulta que el pueblo, desagradecido, le ha perdido el respeto a la enfermedad y se niega a vacunarse. Adiós al negocio.
Pero no hay que rendirse. Lo mejor es contraatacar con una campaña publicitaria que reavive el miedo, como ésta.
Pero no hay que rendirse. Lo mejor es contraatacar con una campaña publicitaria que reavive el miedo, como ésta.
5 comentarios:
Pues a mí la viñeta lo que me recuerda es que todavía no he comprado el décimo.
Lo que deberías cuidar no son los décimos sino las décimas
¿Lo dices porque la salud es la única lotería que debemos celebrar los pobres incluso en verano?
Sí, y por bacilar
Llegará el día en que las farmacias despacharán antivirus para ordenadores.
Publicar un comentario