Sigamos con los revolucionarios, que tanto le gustan a Adriana. Esta vez con los renovadores de los fogones que ahoran explican sus creaciones mediante cortos. No sé si serán instrucciones de cómo comer semejantes excentricidades. Mientras me instruyen, sueño con una ración de garbanzos con espinacas que sirven al lado de mi trabajo. Soy muy poco cool.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
Contradicciones de la vida, mientras que para unos comer es un acto social (y hasta un arte), para otros sigue siendo una lucha por la superviviencia. Contradicciones como la ilustración de San Ateo demuestran que algo no funciona en el menú del día. (A por ese plato de garbanzos!)
Bueno, mi ilustración va de cocina revolucionaria, no de revolución para comer. Pero es otro punto de vista.
Oye, dale una vuelta al libro porque algo se está chamuscando.
A mí esas chorradas culinarias no me molan.
Yo me pido otro de garbanzos. Pero sin espinacas, porfa-please. Así, salteadicos con ajo.
¡Oído cocina!
Seguro que al Che esas mariconaditas de diseño no le iban a hacer gracia: igual pasaba por las armas a la mitad de los cantamañanas esos.
Venga una fabada.
No, no le veo yo deconstruyendo huevos fritos para animar a la tropa.
Me sumo a la fabada.
jajaja y tu insistes en asustarme con estas gentes! besos San Ateo!
Pues el planteamiento de Liberta es bastante acertado, me parece a mí. Y tu ilustración, es verdad, puede interpretarse tanto como cocina revolucionaria como de revolución para comer.
Salió bien profundo el post
Gracias Alís. Y también a Liberta por ver más allá de lo que yo planteaba.
Publicar un comentario